Visualcooking en programas de mejora en ESO
Hace ya tres curso que vengo utilizando con mis alumnos de ESO el pensamiento visual (visualthinking) para organizar contenidos de mis asignaturas de Historia, Cultura Clásica o Latín.
En esta ocasión decidí realizar el reto del mes de noviembre del proyecto Dibújamelas con mis alumnos del Programa de Mejora del Aprendizaje y Rendimiento (PMAR) de 2º de ESO, dentro del Ámbito Sociolingüístico: escribir una receta de cocina utilizando técnicas de pensamiento visual. La actividad de visualcooking que el equipo de Dibújamelas propuso me pareció muy interesante para trabajar con ellos la lectura comprensiva y la técnica del resumen, además de practicar en el aula técnicas de estudio y de organización de contenidos, dadas las dificultades que en el área de Lengua Castellana presentan los alumnos que se incorporan a estos programa de mejora.
A la hora de enfrentarse a esta actividad, mis once alumnos realizaron los siguientes pasos:
En primer lugar, conocer la web del proyecto Dibújamelas, para ver qué es lo que se pedía exactamente y localizar ejemplos.
En segundo lugar, se repasaron los pasos a seguir para hacer un mapa mental, que se habían trabajado en el Ámbito Sociolíngüístico, en su parte de Ciencias Sociales, a fin de recordar qué es el pensamiento visual.
A continuación se leyó y estructuró la información de cada una de las recetas de cocina que los alumnos habían traído a clase en cuatro apartados: ingredientes, utensilios necesarios, tiempo y pasos para realizar la comida; posteriormente se realizó un boceto previo de la organización de todo el material en folios.
Por último, los alumnos realizaron la actividad final en folios de tamaño DIN-A3 y DIN-A4.
Se utilizaron seis sesiones para realizar la actividad propuesta en el proyecto de Dibújamelas. La evaluación ha sido muy positiva.
Por parte de ellos, una mejora en el clima y ritmo de trabajo en el aula, mucho más relajado y tranquilo que en una clase tradicional, motivado además por la realización de una tarea diferente a la que se les suele pedir para casa o para clase en otras materias. Por mi parte, como profesora, la experiencia ha sido muy positiva: los alumnos han realizado una sencilla lectura comprensiva apropiada a su nivel de conocimientos, han organizado la información por ellos mismos, se ha trabajado la ortografía, caligrafía y vocabulario de manera personalizada, y los alumnos han aprendido un nuevo método de trabajo y estudio que pueden aplicar de manera fácil por sí mismos en clase o en casa.
Es de destacar que dos de esas recetas eran de dos comidas típicas de Honduras y México, los países de origen de dos alumnos del grupo, lo que favoreció el conocer otras costumbres y buscar más información sobre algunos de sus ingredientes, que no eran conocidos por el resto del alumnado
