Visualcooking para clase de idiomas
Me uno al reto de #visualcooking que hemos propuesto en noviembre desde #Dibújamelas y comienzo por algo sencillo: la receta visual.
El pensamiento visual nos permite acercarnos a un objetivo global estructurando y organizando todo el proceso y de ahí que a golpe de vista un alumno pueda utilizarlo tanto en su elaboración como al final del proceso como una guía de aprendizaje.
La receta sigue 6 pasos, donde intervienen desde los ingredientes, los utensilios hasta el modo en que se realiza. El formato visual nos permite acceder a toda la información de manera sencilla.
Esta actividad está propuesta para el desarrollo de la competencia comunicativa en alumnos de lengua extranjera, en este caso inglés. Se busca que, en un nivel aproximado de B1-B2, los alumnos rompan el hielo y logren mayor fluidez verbal con la explicación de la receta.
En un paso previo han tenido que buscar la receta, siempre algo que les resulte sencillo de explicar y que sean capaces de introducir una estructura comunicativa que facilite el acceso a un lenguaje coloquial con seguridad y firmeza. El proceso creativo del visualthinking interviene desarrollando una labor de análisis que permita sintetizar toda la información de una manera efectiva. Se trabaja por parejas y cada alumno tiene un tiempo corto de exposición de su receta y debe dar lugar al diálogo con su pareja de manera que todos vayan rotando conociendo las recetas de todos. Al final de la sesión todos han desarrollado dos tareas:
Han realizado su receta, la conocen, la explican y se apoyan del pensamiento visual.
Han preguntado a otros sobre la receta generando preguntas/respuestas en un contexto normal mejorando su fluidez y conociendo algo más del factor cultural que cada participante expone con su receta.
Una receta culinaria es un texto internacionalmente conocido y esto permite generar descubrimientos o secretos no presentes en la imagen, por ejemplo las cantidades o tiempos de cocción o realización que pueden servir para despertar la curiosidad de los participantes y sugerir nuevas preguntas y nuevas respuestas. Mantener la curiosidad hacia algo genera mayor aprendizaje. El visualthinking entonces puede enriquecerse con las aportaciones nuevas que surjan con cada pregunta con palabras clave de manera que la receta sigue construyéndose entre todos.
La idea es que a partir de un trabajo individual se establezca un diálogo fluido y todos compartan sus recetas contribuyendo no sólo a esa competencia comunicativa inicialmente pretendida sino también a la introducción del factor cultural dentro del grupo, como otro elemento inmersivo de la lengua.
El desarrollo lingüístico relativo al vocabulario y la gramática resulta sencillo a partir de una imagen e incluso se le pueden ofrecer a los alumnos unas plantillas previas dibujadas a modo de pictogramas donde establecer unas pautas que seguir, o son los propios alumnos los que pueden generarlas previas al diálogo.